ACTITUDES: ESTRUCTURA Y FUNCIONES
¿Qué pensamos sobre la ley antitabaco?
¿Qué pensamos sobre la prostitución? Son algunas de las preguntas que nos
podemos hacer sobre algunos temas sociales. Las funciones pueden ser
motivacionales o cognitivas. Las primeras nos presentan las actitudes
como respuestas a necesidades individuales o de grupo, las segundas se centran
en el procesamiento de la información.
A menudo la funcionalidad de las actitudes
no está en relación con las necesidades personales de un sujeto, sino con las
necesidades e ideología del grupo al cual las actitudes remiten.
Las actitudes
reflejan las valoraciones que las personas tienen sobre los distintos objetos
de actitud. Las actitudes pueden expresarse de diferentes formas,
fundamentalmente a través de las emociones, de los pensamientos o del propio
comportamiento.
¿Qué son las
actitudes?
Desde esta disciplina
las actitudes son importantes por dos razones principalmente. En primer lugar
porque influyen considerablemente en la forma en que pensamos sobre la
información social y en cómo la procesamos.
La segunda de las
razones por las que son importantes las actitudes es por la influencia que
tienen sobre el comportamiento.
En la medida en que
las actitudes influyen en el comportamiento de la gente, conocerlas ayudara a
predecir sus conductas.
Definición:
Desde la psicología
social se han propuesto distintas definiciones sobre el término actitud. Una de
las más utilizadas es la que propone que una actitud es una tendencia
psicológica que se expresa en la evaluación de una entidad particular de algún
modo favorable o desfavorable.
La actitud,
como tal, consiste en un constructo psicológico no observable, de carácter
evaluativo, que media entre un objeto y las respuestas de la persona ante ese
objeto. Las evaluaciones que caracterizan a las actitudes se pueden definir por:
- Su dirección o valencia.
- Si intensidad o
polaridad.
Estructura
de las actitudes
No existe
unanimidad a la hora de explicar la estructura interna de las actitudes, uno de
los modelos más utilizados a la hora de entender cómo se organiza mentalmente
una actitud es el modelo tripartito.
El modelo
tripartito las actitudes están formadas por tres componentes: el afectivo
(sentimientos y emociones asociados al objeto actitudinal). El cognitivo
(creencias e ideas acerca del objeto de actitud) y el componente conductual (intención
de llevar a cabo un comportamiento o el propio comportamiento).
·
El componente cognitivo se refiere a las cogniciones o
pensamientos asociados con las actitudes, que han sido denominados
tradicionalmente creencias, entendidas como la asociación que la gente
establece entre un objeto de actitud y varios atributos características. Estas
creencias expresan evaluaciones positivas, negativas neutras (dirección), en
mayor o menor grado (intensidad).
· El
componente afectivo se refiere a los sentimientos, estados de humor,
emociones y respuestas del sistema nervioso autónomo, como pueden ser la
regulación de la presión arterial, la frecuencia cardíaca o la dilatación o
constricción de las pupilas. Igual que las creencias, las respuestas afectivas
también expresan evaluaciones en una dirección y con una intensidad.
·
El componente conductual de las actitudes se refiere
tanto a las acciones que lleva a cabo una persona hacia el objeto de actitud
como a la intensión de hacerlo es suficiente. Lo mismo que las creencias y los
afectos, el componente conductual expresa evaluaciones positivas o negativas
(valencia) en mayor o menor medida (intensidad).
El
principal problema del modelo tripartito es que predice una coherencia entre
los tres componentes de la actitud, pero esto no siempre sucede.
Ajzen y
Fishbein propusieron un modelo de un solo componente, reduciendo la actitud al
componente evaluativo (afectivo), sin negar la existencia del cognitivo, aunque
externo a la actitud. Por último, cabe destacar que cuando se habla de la
estructura de las actitudes no solo se hace referencia a los tres componentes,
sino también a como se organizan y asocian diferentes actitudes.
Propiedades de las actitudes
a) Accesibilidad y fuerza de las
actitudes:
Es el grado en
el que las actitudes se activan cuando se percibe el objeto;
mientras más accesible sea la actitud con mayor
fuerza influirá en el comportamiento. Así mismo, se refiere a la
facilidad con la que una actitud puede ser recuperada de la memoria, y uno de
sus indicadores es la velocidad con la que una actitud es recordada o activada.
La accesibilidad va a influir en la
interpretación que las personas hagan de la realidad, así como el
comportamiento, de manera que cuanto más accesible sea una actitud, con mayor
intensidad influirá en el comportamiento.
Otra de las características de
la actitud es la fuerza, que se refiere a la estabilidad y resistencia
temporal de la actitud, así como a su impacto sobre el comportamiento. Las
actitudes fuertes son más estables y resistentes. El que una actitud sea más o
menos fuerte va a depender, entre otros, de tres factores: por un lado, si la
actitud se ha formado a partir de la experiencia directa, será más fuerte que
si se ha formado a partir de lo que otras personas nos han contado.
b) La ambivalencia actitudinal:
Es la integración de las evaluaciones
basadas uno, dos y tres de sus componentes (cognitivo, afectivo y
comportamental. La ambivalencia puede darse no solo por la inconsistencia entre
uno y más de los componentes de la actitud (por ejemplo, entre lo que pensamos
sobre algo y nuestro comportamiento en relación con ello).Transcurre
relativamente frecuenciamente, porque en ocasiones los objetos de actitudes dan
lugar a actitudes ambivalentes. Se dan cuando al percibir los
objetos, estos son evaluados de manera positiva y negativa.
La ambivalencia puede darse por la
inconsistencia de uno o más componentes de la
actitud, también por las contradicciones al evaluar un objeto.
La falta de consistencia es experimentada por los individuos como un estado
desagradable e incluso poco adaptativo. Existen muchas formas de reducir la
discrepancia producida por la ambivalencia, que van desde quitarle importancia
o evadirse del tema.
c) Actitudes explícitas vs implícitas:
A menudo podemos expresar de forma
consciente y reflexiva cuáles son nuestras actitudes, así como las
consecuencias que tienen sobre nuestros comportamientos y/o afectos. A estas
actitudes se les denomina actitudes explícitas. Muchas otras veces algunas
actitudes se activan de forma automática e inconsciente, a este tipo de
actitudes de las denomina implícitas precisamente porque las personas no son
capaces de identificarlas.
Algunos autores consideran que las
actitudes implícitas son aquellas cuyo origen no puede identificarse.Las
actitudes implícitas es el hecho de que influyen en el comportamiento de las
personas sin que estas sean conscientes de esta influencia.
¿Cómo se miden las actitudes?
Cuando se habla de cómo medir las
actitudes, realmente se hace referencia a cómo medir su intensidad, es decir,
al grado en que se evalúa como favorable o desfavorable un objeto actitudinal.
Las medidas de las actitudes pueden
ser básicamente de dos tipos: las medidas explícitas y las medidas implícitas.
a) Medidas explícitas o directas
Tradicionalmente las actitudes
han sido medidas mediante técnicas de auto informe, basándose en los tipos de
escala más conocidos, como las de tipo de Likert o el diferencial semántico.
Ambas coinciden en que recogen distintos factores o dimensiones relacionados
con el objeto de actitud:
- Escalas tipo Likert
- Diferencial semántico
b) Medidas implícitas o indirectas
Como se recordará, las actitudes
implícitas son las evaluaciones del objeto actitudinal que son inconscientes
para la persona y que dan lugar a respuestas automáticas que le sujeto no
identifica como relaciones con ese objeto de actitud.
El hecho de que una persona
desconozca que su actitud está siendo medida no significa que desconozca su
actitud. Se han elaborado varios tipos de medidas implícitas; entre ellos, los
más empleados son:
- La pre exposición o priming
consiste en la presentación del objeto de actitud en la pantalla de un
ordenador durante unos milisegundos, seguido de una serie de palabras con carga
emocional positiva o negativa.
- El test de asociación implícita
también mide tiempos de respuesta de los individuos mediante pruebas realizadas
con una ordenador, tratando de comprobar el grado de asociación entre dos
conceptos, uno de los cuales será el objeto de actitud y por el otro, una serie
de palabras con diferente tono evaluativo.
¿Cómo se forman las actitudes?
En general, las personas tiene
actitudes hacia una gran cantidad y variedad de estímulos, incluso sin haber
tenido experiencia directa o conocimiento sobre ellos.
Sin embargo, puede afirmarse que la
mayoría de las actitudes tienen sus raíces en el aprendizaje y el desarrollo
social. No se puede ignorar la influencia que tienen algunos aspectos
personales sobre la formación de actitudes.
Las actitudes, una vez que se forman,
se almacenan en la memoria, recuperándose cuando es necesario.
¿Cómo se miden las actitudes?
Cuando se habla de cómo medir las actitudes,
realmente se hace referencia a cómo medir su intensidad, es decir, al grado en
que se evalúa como favorable o desfavorable un objeto actitudinal.
Las medidas de las actitudes pueden ser
básicamente de dos tipos: las medidas explícitas y las medidas implícitas.
a) Medidas explícitas o directas
Tradicionalmente las actitudes han sido
medidas mediante técnicas de auto informe, basándose en los tipos de escala más
conocidos, como las de tipo de Likert o el diferencial semántico. Ambas
coinciden en que recogen distintos factores o dimensiones relacionados con el
objeto de actitud:
- Escalas tipo Likert
- Diferencial semántico
b) Medidas implícitas o indirectas
Como se recordará, las actitudes implícitas
son las evaluaciones del objeto actitudinal que son inconscientes para la
persona y que dan lugar a respuestas automáticas que le sujeto no identifica
como relaciones con ese objeto de actitud.
El
hecho de que una persona desconozca que su actitud está siendo medida no
significa que desconozca su actitud. Se han elaborado varios tipos de medidas
implícitas; entre ellos, los más empleados son:
- La pre exposición o priming consiste
en la presentación del objeto de actitud en la pantalla de un ordenador durante
unos milisegundos, seguido de una serie de palabras con carga emocional
positiva o negativa.
- El test de asociación implícita también
mide tiempos de respuesta de los individuos mediante pruebas realizadas con una
ordenador, tratando de comprobar el grado de asociación entre dos conceptos,
uno de los cuales será el objeto de actitud y por el otro, una serie de
palabras con diferente tono evaluativo.
En general, las personas tiene actitudes
hacia una gran cantidad y variedad de estímulos, incluso sin haber tenido
experiencia directa o conocimiento sobre ellos.
Sin embargo, puede afirmarse que la mayoría
de las actitudes tienen sus raíces en el aprendizaje y el desarrollo social. No
se puede ignorar la influencia que tienen algunos aspectos personales sobre la
formación de actitudes.
Las actitudes, una vez que se forman, se
almacenan en la memoria, recuperándose cuando es necesario.
Origen biológico
No es fácil demostrar que las actitudes
también pueden tener un origen biológico, aunque hay análisis que revelan cómo
las preferencias de las personas han sido creadas a partir de la historia
biológica y cultural de la especie humana.
Actitudes basadas en la experiencia directa
con el objeto actitudinal
La propia experiencia con el objeto de
actitud puede ser la base sobre la que se forma una actitud. Un claro ejemplo
de ello es el llamado efecto de la mera exposición. Zajonc
observó que la exposición repetida de un estímulo nuevo es suficiente para que
las personas incrementen sus respuestas afectivas y evaluativas hacia dicho
objeto.
El efecto de condicionamiento clásico
consiste en que la aparición reiterada de un evento originalmente neutro, el
estímulo condicionado, precediendo o simultaneo a otro estimulo biológicamente
relevante y capaz de provocar una reacción del organismo o respuesta
incondicionada, hace que la mera presentación aislada de estímulo condicionado
acabe por producir también una reacción similar a la respuesta incondicionada,
conocida como respuesta condicionada.
La peculiaridad del condicionamiento clásico
en relación a la formación de actitudes es que es duradero y resistente a la
extinción.
Condicionamiento instrumental u operante
Es una forma de aprendizaje en la que la
consecuencia es contingente a la respuesta que previamente ha emitido el
sujeto. Si la consecuencia es positiva, se espera que aumente la frecuencia de
la repuesta; si por el contrario la consecuencia es negativa, se espera una
disminución de la respuesta.
Aprendizaje vicario o modelado
A menudo la gente imita las actitudes de los
demás, pues al haber observado previamente las consecuencias que tales
actitudes han tenido para esas personas, éstas le han servido de referencia.
Este aprendizaje de las actitudes se observa
frecuentemente en el desarrollo de ideas y creencias, ideologías políticas,
creencias religiosas.
¿Para qué sirven las actitudes?
Algunos autores han propuesto
que las actitudes sirven a una variedad de necesidades o funciones
psicológicas, concluyendo la mayoría de las respuestas que se han dado que las
actitudes ayudan a los individuos a adaptarse al medio, a sobrevivir
dentro de él. En definitiva, las actitudes desempeñan en la vida de las
personas importantes funciones adaptativas que serán las que se traten a
continuación.
Función instrumental
Tienen lugar cuando la actitud sirve a la
persona para alcanzar objetos que le reporten beneficios tangibles o un ajuste
a la situación, así como para evitar objetivos no deseados. Dicho de otra
forma, las personas desarrollan actitudes positivas hacia lo que les aporta
beneficios, y actitudes negativas hacia aquello que está asociado con
consecuencias negativas.
Función expresiva de valores
Esta función la desempeña una actitud cuando
nos permite la expresión abierta de los pensamientos y sentimientos que
queremos que los demás conozcan de nosotros
Función cognoscitiva
Según esta función, las actitudes ayudaran a
los individuos a organizar la información que proviene de los objetos de
actitud en función de la valoración que se haya echo de ellos, estructurando y
dando coherencia a la sobrecarga de estímulos a los que las personas estamos
expuestos continuamente.
Tienen lugar cuando las actitudes contribuyen
a mantener la autoestima personal o la autoestima basada en el grupo al que se
pertenece. Esto puede dar lugar a actitudes prejuiciosas, al evaluar negativamente
a personas de otros grupos sociales.
Finalmente, hay que tener en cuenta que una
misma actitud puede desempeñar diferentes funciones para distintas personas.
¿Cuál es la relación de las
actitudes con el comportamiento?
Como se ha comentado, una de las razones por
las que las actitudes son importantes es por la influencia que tienen sobre el
comportamiento. El grado de influencia de las actitudes sobre el comportamiento
ha llegado a ser uno de los tópicos más estudiados dentro del campo de las actitudes.
Factores que afectan a la influencia de la
actitud sobre la conducta
Como se ha dicho, hay factores contextuales
que estarían influyendo en la relación actitud-conducta y que pueden resumirse
en las normas sociales y la presión temporal.
Las normas sociales se refieren a las reglas que indican como
las personas, supuestamente, han de comportarse en una situación dada. La presión
temporal, se refiere a aquellas situaciones en las que no hay tiempo
suficiente para elaborar la repuesta que se quiere.
Un factor asociado a la propia actitud que
influye en la relación entre actitud y conducta es su específica. Entendemos
por especifidad el grado de precisión con el que están definidas la actitud y
la conducta relacionada con ella.
Con el
propósito de comprender la influencia de las actitudes sobre el comportamiento,
se debería distinguir entre dos tipos de actitudes. Por un lado estarían las
actitudes generales hacia los objetos que pueden ser: físicos, personas y/o
grupos; instituciones, políticas, eventos y cualquier otro objeto actitudinal
más general y abstracto. El segundo tipo de actitudes son las referidas a la
realización de una conducta en relación con un objeto de actitud.
La teoría de la acción razonada estudia
los procesos psicológicos que intervienen entre la activación de una actitud y
la respuesta conductual llevada a cabo hacia dicho objeto. Fue diseñada para
explicar y predecir el comportamiento humano en contextos específicos, y es
aplicable a conductas deliberadas.
Las actitudes de la persona hacia la conducta
en cuestión son el resultado de la suma de varios productos. Por un lado, las
actitudes hacen referencia a las creencias que tiene la persona acerca de los
resultados de realizar esa conducta y, por otro, está la evaluación que la
persona hace de dichos resultados.
Al separar conducta de intención de
conducta, se considera además que hay factores externos que pueden estar
afectando a la conducta final, además de la intención para llevarla a cabo.
La teoría de la acción razonada ha sido
ampliamente utilizada, y se ha demostrado empíricamente que funciona en
relación con muchas y muy diferentes cuestiones, como la predicción de
conductas de salud, la decisión de abortar, el consumo de marihuana, conductas relativas
a la prevención de la enfermedad cardiovascular, el voto en las elecciones, el
seguimiento de dietas adelgazantes, la realización de conductas ecológicamente
responsables, el uso del preservativo, etc.
Los dos modelos anteriores parecen ajustarse
bastante bien a situaciones en las que tenemos tiempo para pensar, razonar y
planificar. Sin embargo, no siempre contamos con ese tiempo para decidir cómo
actuar. A veces las actitudes hacia determinados comportamientos pueden
producir respuestas conductuales que no están mediadas por la intención de
conducta, influyendo en el comportamiento de un modo más directo y automático.
Fazio y sus colegas dieron respuesta a esta
pregunta planteando el modelo MODE, según el cual las actitudes ejercen su
influencia sobre la conducta de maneras diferente. En resumen, podemos decir
que le estudio las actitudes ha ocupado una parte considerable del trabajo de
los psicólogos sociales, reflejando así su importancia. Las actitudes influyen
en nuestras vidas de forma patente, a la hora de percibir el mundo que nos
rodea o de interpretar los hechos que suceden a nuestro alrededor, y afectan a
nuestros comportamientos. Pero no siempre se da esa relación entre actitud y
conducta.
VOCABULARIO
Disonancia.-La disonancia es el conjunto de sonidos que el oído percibe con tensión, y por tal razón, tienden a ser rechazados por nuestro oído.
Actitudes.- Es la
forma de actuar de una persona, el comportamiento que emplea un individuo para
hacer las cosas.
Primado.- Es un efecto relacionado con la memoria implícita
por el cual la exposición a determinados estímulos influye en la respuesta que
se da a estímulos presentados con posterioridad. Este fenómeno puede tener
lugar a nivel perceptivo, semántico o conceptual.
Caucásicos.- Es un término usado para designar a personas
cuya tonalidad de piel clara suele ser asociada a poblaciones de origen
europeo. Aunque literalmente implica cuestiones externas como la piel clara,
forma y color del cabello y los ojos, entre otras, "blanco" ha sido
usado de distintas maneras en diferentes periodos históricos y lugares. Como
otras palabras comunes para las etnias humanas, su definición precisa puede ser
confusa.
Unanimidad.- Cualidad de las decisiones y opiniones que son
aceptadas por todos los miembros de un grupo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario